El diseño de aplicaciones web y móviles para empresas y startups implica una comprensión profunda de las necesidades del usuario y una atención meticulosa a los detalles. Los diseñadores deben ser capaces de crear una interfaz de usuario atractiva y fácil de usar que haga que los usuarios vuelvan una y otra vez. Además, deben trabajar en estrecha colaboración con los desarrolladores de software para asegurarse de que la aplicación tenga una funcionalidad sólida y esté optimizada para un rendimiento óptimo.